IPROFESIONAL “Claramente, los políticos no están dando las señales necesarias como para que tengamos esperanza de un futuro mejor”. Esta esuna de las frases no tan optimistas que el economista Aldo Abramcompartió con iProfesional, respecto al actual rol del Gobierno ytambién de la dirigencia en su conjunto.
Por caso, este licenciado en Economía (UBA) y director ejecutivode la Fundación Libertad y Progreso considera que si el oficialismohubiese mostrado en el Presupuesto para 2019 una intención deachique del Estado, hoy se estaría en un proceso de recuperaciónde la economía y “no esperando a que nos salve el campo devuelta”.
Por su experiencia en investigación económica y financiera, Abrames escuchado por directivos de empresas y bancos. En diálogo coniProfesional, compartió su visión sobre lo que viene en materiaeconómica.
-¿Cómo considera que se encuentra hoy el país?
-Estamos parados en una situación de mucha debilidad, más allá que la nueva administración del Banco Central mostró decisión dedejar de emitir pesos, algo que ha dado cierta tranquilidadcambiaria y monetaria, generando algunas mejoras de corto plazo, como una baja en la tasa de interés. Pero si vemos el (elevado) riesgo país que tenemos, nos damos cuenta que el contexto escomplejo.
-¿Por qué cree que es tan débil la situación económica?
-Porque no están resueltos los problemas de largo plazo de laArgentina, fundamentalmente lo que refleja el riesgo país es el“exceso de Estado”. Es decir, nuestra dirigencia política siguediciendo y pensando que el problema es el déficit fiscal y apunta aresolver este tema. Pero yo no creo eso. Es una consecuencia delverdadero problema, que es el exceso de gasto público para laArgentina. Lamentablemente, en vez de que la dirigencia políticaasuma la responsabilidad para solucionar esta cuestión, serevolean el ajuste uno a otros hasta que resolvieron pasárnoslo alos ciudadanos, que vamos a tener que hacernos responsables debajar el déficit primario. Lo cual es una pésima señal.
-¿En qué sentido lo afirma?
-Es que en el 2017 nos habían prometido que nos iban a bajar losimpuestos, y ahora la mayor parte del ajuste del 2019 es subirlos. Claramente, no están dando las señales como para que tengamosesperanza de un futuro mejor. El problema es que durante décadasdejamos que los políticos construyan un Estado que le sirva a lapolítica y que se sirve de los argentinos, y están muy cómodos así. Encima, cada vez que un político sale a decir “no al ajuste”, la gentelo aplaude, por lo que no hay incentivo a cambiar las cosas.
-¿Cuáles son las causas de estas crisis recurrentes?
-Las crisis económicas de los últimos 70 años tienen como origen auna dirigencia que se obstinó en gastar de más y no resolvió eseproblema de forma ordenada y responsablemente. Por ende, setermina quebrando. La forma en que los países lo hacen es concrisis económica, y lo resuelven de la peor forma posible: con unmáximo costo social.
-¿Y en el caso de la actual gestión?
-Es cierto que este Gobierno recibió un Estado al borde de laquiebra, y resolvió un par de temas importantes, como la salida deldefault en Nueva York y finalizó con el cepo cambiario. Pero en vezde usar ese “crédito social” que se logró durante estos años pararesolver el problema de fondo, el Ejecutivo lo mantuvo latente. Estamos repitiendo los errores del pasado, no hay motivos parapensar que se va a resolver distinto. Y ahora, cuando los argentinosnos cansamos y dijimos que no íbamos a financiar más eldesmanejo del Estado, apareció el Fondo Monetario Internacional.
-Y los problemas de fondo siguen sin resolverse…
-Claro, si no se resuelven estos problemas, lo que va a pasar es quecuando se acabe la plata del FMI tendremos una crisis que será peor a la que tuvimos en 2002, a mi juicio. Es que no se sabe cómoel Gobierno va a cambiar la situación, porque no nos dicen cómo lovan a hacer.
Se podría decir que la mayor parte del ajuste lo va a hacer la gente, también es cierto que buena parte del ajuste del Estado se hará bajando la inversión en infraestructura, justamente, el gasto que esútil al ciudadano y no eliminando el gasto inútil. Es cierto que enesta situación es lo único que se puede hacer en lo inmediato, aunque se podría haber realizado algo más. Se ha hecho muy poco. Si hubiesen mostrado en el presupuesto un achique del Estado hoyestaríamos en un proceso de recuperación de la economía, y noesperando a que nos salve el campo de vuelta.
-Ante este panorama, ¿cómo puede influir el dólar en todo esto?
-Ahora es lógico que esté estable su precio porque no se estánemitiendo pesos, y creo que hasta el segundo trimestre del año, sinada pasa en el medio, esta situación se mantendrá así. Elproblema que veo es la cantidad de pesos que podrían sobrar en lospróximos meses.
El tema es saber qué puede ocurrir si a mediados de 2019 la gentese empieza a preguntar qué está pasando en el país, en basetambién al temor electoral. Si todos empiezan a cambiar pesos pordólares, a sacarlos de la economía, el resultado será similar al del2018: el tipo de cambio va a subir y a empezar una corrida, que sino se frena puede transformarse en una crisis cambiaria. Endefinitiva, si hay otra corrida y salta el dólar, este Gobierno no ganalas elecciones.
-¿Por qué considera que se hizo poco para bajar el déficit?
-No hay voluntad de pagar los costos políticos que eso implica. Y,claramente, en un año electoral se necesita que toda la dirigenciaactúe. Tampoco el Gobierno dijo cómo va a bajar el gasto inútil quehay en Argentina y cómo va a reducir la estructura burocrática queno sirve para nada, que le complica la vida a los argentinos y saleuna guarangada de plata.
En resumen, hay que ver cómo vamos a ser más eficientes paraayudar a la gente que lo necesite, y no a los que hacen favores a lospunteros. Si baja ese gasto inútil se puede hacer más obras deinfraestructura, y hay perspectivas que se puedan bajar losimpuestos. En el país tenemos la presión tributaria más alta de laregión.
-¿Cómo puede influir esto en las elecciones presidenciales?
-Hoy sube el riesgo país, porque se descuenta que si el Estado no seachica hay altas chances de que Argentina vaya a un default y a unanueva crisis económica. La incertidumbre política suma. Lasencuestas dan una paridad, y eso no le garantiza nada aCambiemos. Todavía faltan varios meses y estamos en el peormomento del país. Si la economía mejora algo, puede subir laintención de voto a Macri. Hay expectativa que esto ocurra.
El problema es que si no se resuelve el exceso de gasto, ganandoigual Macri tampoco hay garantía de que no vayamos a un default. Entonces no es una cuestión que gane o no el peronismo, sino conel oficialismo también existen altas chaces que pueda ocurrir. Estasituación mantiene alto al riesgo país, hay incertidumbre. Paratener una idea, la deuda pública total argentina termina en el 80% del PBI en 2018, y cabe recordar que el país entró en default conuna deuda del 54% del PBI. Tenemos un problema que sólo se va aresolver bajando el gasto público.
-Mencionaba antes que sin el dinero del FMI se podría haber tenido una crisis peor a la del 2002, ¿por qué ve algo tan grave?
-Porque el Banco Central está sumamente debilitado, con un gastopúblico mayor, y en un contexto mundial complejo. En cambio, en2001 la situación de pasivos y activos marcaba que el BCRA estabapatrimonialmente fuerte y con más credibilidad. Además, lasituación internacional era más favorable en aquella época.
-Entonces, ¿qué es lo mejor que hoy se puede esperar de Argentina?
-En este marco de exceso de gasto, uno debería imaginarse a unsector productivo absolutamente extenuado, dentro de un sectorpúblico que tira de una carreta enorme e inútil que es el Estado. Nose puede pedir que corra en la Fórmula 1, con suerte habría quepedirle que camine. Eso implica que el país y el bienestar de losargentinos se incrementarán despacito. No es lo que estamosesperando para nuestro futuro y no animará a un inversor a ponersu plata acá.
Van a tener que hacer una reforma del Estado. El problema es quecon estos niveles de percepción de riesgo país no vamos a tener nirecuperación económica, debido a que refleja la fuga de capitales. O sea, el ahorro de los argentinos y extranjeros está saliendo de laeconomía, ya sea porque se pone abajo del colchón o porque semanda al exterior. Eso genera recesión.
-¿Cuál es la clave para salir de este “exceso de Estado” porque todo hace imaginar que incluye despidos masivos para achicar la estructura? ¿No profundizaría la crisis?
-Esa postura es falsa y pertenece a algunos políticos y economistasque quieren meter miedo. Nuestra propuesta, que es reducir a lamitad los ministerios, no implica dejar sin ingresos a nadie.
Una reforma implica que el Estado le sirva a la sociedad, y esosignifica que la gente que sólo pone un sello o es ñoqui se quedesin un cargo. Para todas estas personas las soluciones podrían serjubilaciones anticipadas, retiros voluntarios o quedar adisponibilidad. A la vez, se aplicarían capacitaciones para quepuedan pasar al sector privado y subsidios a este último ámbitopara que tomen personal.
-¿Podría funcionar este cambio en Argentina sin generar una gran convulsión social?
-La reforma tiene un riesgo, sí, pero indica que hay una intenciónde cambio porque si siguen con lo que vinieron haciendo hastaahora les va a ir mal, ya les pasó durante los últimos tres años eso.Ahora hay que cambiar.
Es decir, cuando un presidente da una muestra de ejercicio depoder para resolver un problema, la gente lo respeta. Por más quepueda salir mal. Si para 2020, inclusive, no encaramos unprograma de reforma del Estado, lamentablemente vamos a teneruna crisis y un default, no hay otra alternativa mejor.-