CRONISTA COMERCIAL – En la Argentina, un litro de nafta es un 75 por ciento más caro que en Nueva York, un cero kilómetro cuesta un 50% más que en Chile y un jean de primera marca tiene el doble de precio que en Lima. Estos datos surgen de un análisis realizado por Marcos Hilding Olson para la Fundación Libertad y Progreso.
“Comparando a Buenos Aires con otras capitales del mundo, se puede ver especialmente que bienes de consumo, sea ropa o zapatillas, en Argentina cuestan un 40% más que en ciudades como Lima o Santiago, e incluso un 30% más caros que en Nueva York”, destaca el informe.

“Esto es sólo un muestreo, pero la diferencia puede llegar a ser mayor con productos electrónicos. El problema, no es sólo de precios o económico, sino que esto afecta directamente la calidad de vida”, sostiene el informe.
Consultado por El Cronista, Hilding Ohlsson comenta: “Si bien hay cuestiones que se mejoraron en lo que respecta a la apertura comercial, como la eliminación del cepo al dólar, la baja de aranceles a tablets y productos tecnológicos, la eliminación de las DJAIs y la implementacion de la Ventanilla ünica de Comercio Exterior, persisten algunas barreras arancelarias y para-arancelarias que continúan encareciendo el costo de importación”.
Los aranceles de importación pueden llegar hasta el 35% dependiendo del producto, pero Ohlsson destaca que los importadores a los que consultaron para elaborar el informe “destacan otro tipo de escollos a la hora de importar, por ejemplo la cantidad de trámites en la Aduana, que llegan a incluir aprobaciones de diferentes laboratorios para componentes de un mismo producto y muchas veces demoran el container en el puerto”.
A manera de ejemplo, “en Chile se importan 270 modelos de sierras eléctricas, mientras que en la Argentina sólo 70”, destaca Ohlsson y comenta: “La diferencia es que en nuestro país se pide una aprobación para la sierra, otra diferente para la antiparra y otra para el casco, que forman parte del mismo kit”.
No todos los productos enumerados en la comparación de la Fundación son importados, pero se toman como referencia porque el mismo modelo se comercializa en diferentes lugares del mundo.
Consultado acerca de por qué un producto que si bien se fabrica bajo licencia extranjera, como el caso de las hamburguesas, pero se elabora con ingredientes y mano de obra local, puede costar más que en el resto del mundo, Ohlsson afirma que “el elevado costo fiscal, y por ende, laboral, juegan un papel fundamental”.
“El caso de la nafta es particular porque el precio del petróleo que se utiliza para refinar es más caro que el que se paga en el mercado internacional. Esta medida fue adoptada por el Gobierno para sostener el precio del barril local, pero el diferencial lo terminan pagando los usuarios”, concluyó Ohlsson.